El Gobierno fortalece la relación con EE.UU, pero aún no obtiene la ayuda financiera necesaria para consolidar las reservas y abrir el cepo

Antes que concluya la semana, Estados Unidos reafirmará que la Argentina es un socio estratégico en América Latina: el Fondo Monetario Internacional -controlado por la Secretaría del Tesoro- anunciará que la administración Milei cumplió con creces las metas del primer trimestre y la canciller Diana Mondino será recibida por Antony Blinken en su despacho del Departamento de Estado.

Sin embargo, la Casa Blanca aún no ejerció su poder en DC para determinar que el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo –cada uno en su modalidad burocrática y en los montos necesarios– concedan al Banco Central un desembolso extraordinario para fortalecer sus reservas y permitir que se abra el cepo financiero.

El viernes 17 de mayo, Mondino visitará a Blinken en el edificio Harry S. Truman y aun le resta una confirmación formal para mantener también un cónclave con Jake Sullivanconsejero de Seguridad Nacional del presidente de los Estados Unidos. En esas dos reuniones oficiales, la canciller podría avanzar en la posibilidad de obtener ese desembolso extra que necesita Luis Caputo para abrir el cepo.

En la Casa Blanca están convencidos de la perspectiva geopolítica de Milei -apoyo total a Estados Unidos e Israel-, pero todavía tienen dudas sobre la consistencia del programa de económico y la posibilidad de contar con la Ley Bases para profundizar el plan de ajuste que se aplica desde Balcarce 50.

El gabinete demócrata tiene tres protagonistas clave en su política exterior: Sullivan, Blinken y Williams Burns, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Mondino seguramente se reunirá con Sullivan y Blinken, y en ese escenario plantearía un pull aside entre Biden y Milei cuando se encuentren en el G7 de Italia.

Pull aside -en el slang diplomático- es una reunión corta para iniciar un conocimiento personal, tomar una decisión conjunta o simplemente revisar una hoja de ruta pactada con anterioridad.

Al final, la política exterior es la afinidad entre dos líderes, y si Mondino se acerca a su cometido, Milei podría explicar a Biden qué piensa de la economía, cómo mira el tablero internacional y de qué están hechos sus sueños presidenciales.

Si Milei convence a Biden, los fondos extras podrían llegar en octubre, tras las vacaciones de verano en Estados Unidos.

La canciller también llevará al encuentro con Blinken sus preocupaciones acerca de la situación política y social en Haiti, el complejo panorama en el Atlántico Sur -la pesca ilegal y la preservación de derechos en la Antártida, por ejemplo- y el cuadro institucional en Venezuela, adonde Argentina refugia a seis opositores al régimen de Nicolás Maduro.

En la cita con el secretario de Estado -y eventualmente con Sullivan-, Mondino también abordará las relaciones diplomáticas que Buenos Aires mantiene con China. La canciller ratificará la lejanía del gobierno con el régimen comunista, que tiene un master plan para profundizar su influencia en América Latina.

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