Es Sede Vacante en Roma, un periodo de transición en el que el tiempo -no necesariamente solo el divino- queda suspendido a la espera de que llegue un sucesor que coja el testigo del papa que ya se ha ido. Francisco ha muerto y no hay otra prioridad en el Vaticano que la de preparar sus exequias, organizadas para este sábado, y organizar al mismo tiempo el cónclave del que saldrá elegido el nuevo pontífice de la iglesia católica.
Todo está ya encaminado: este miércoles 23 de abril, a las 9:00 horas de la mañana, el ataúd con el difunto pontífice Francisco ha sido trasladado desde la capilla donde reposaba, en el interior de lo que fue su hogar hasta el lunes desde el inicio de su pontificado-la residencia de Santa Marta- hasta la basílica de San Pedro, conforme a lo establecido en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.
La traslación del féretro ha comenzado después de un momento de oración, presidido por el camarlengo, Kevin Joseph Farrell: la procesión ha recorrido la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos y ha salido por el Arco de las Campanas hacia la Plaza de San Pedro, para entrar a la basílica por la puerta central.