Abrazado a su amistad, Javier Milei defendió incansablemente a Sandra Pettovello en la extensa crisis del Ministerio de Capital Humano, incluso cuando la propia funcionaria pidió dar un paso al costado, agobiada por la presión del escándalo de los alimentos acopiados. Sin embargo, en el Gobierno no descartan reducir el alcance de la megacartera que se encuentra investigada en la Justicia, para agilizar la gestión y mejorar la fiscalización de las acciones. Sin embargo, —advierten— no será inmediato: no quieren mostrarse forzados a introducir cambios.
El plan de reducción del ministerio insignia de Milei estaba en agenda desde antes del escándalo de los alimentos. Sobre todo se pensaba en remover la secretaría de Trabajo a otra área, como Economía, o, inclusive, devolverle el grado ministerial que tenía en la anterior gestión. Esas proyecciones se suspendieron cuando el conglomerado completo de áreas administrativas “sociales” quedó en jaque a partir de las denuncias de Juan Grabois por la retención de comida para comedores, que encerraron en una crisis sin precedentes al gobierno libertario.
Si bien en los seis meses que llevan en el poder tuvieron varios problemas de alta magnitud, el último por la marcha universitaria, en esos casos podían apuntar a los otros partidos. Pero esta vez, los responsables, en todo caso, fueron parte de la propia administración. Y si bien Pettovello no dudó en denunciar a sus propios funcionarios, como el ex secretario de Desarrollo Social, Pablo de la Torre, creen que les será muy difícil salir indemnes de toda culpa.
“Todos los problemas que tuvimos tuvieron solución. Pero acá el Gobierno se desdijo. Nunca nos había pasado”, se quejó un referente de peso y de la primera hora, sobre los cambios en las versiones de Capital Humano. Primero aseguraron que los alimentos eran para catástrofes, luego admitieron que estaban parados; negaron que hubiera galpones, que existían; y dijeron que se trataba de alimentos no perecederos, aunque se demostró que sí había stock con fechas de vencimiento. “Esto ya es indefendible”, suspiró un dirigente ayer, luego de que la Justicia fallara a favor de la posición de Grabois e instara al Gobierno a presentar un plan de distribución de los alimentos retenidos en un plazo de 24 horas.