Pedro Sánchez anuncia que seguirá en el poder y completa un golpe de efecto que polariza aún más a España

ARCELONA.- El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se queda. Después de haber dado pie a todo tipo de especulaciones durante los cinco días más extraños de la política española en décadas, Sánchez compareció ante la Moncloa para explicar a la ciudadanía que el periodo de reflexión que abrió de manera inesperada el pasado miércoles ha desembocado en la decisión de continuar en el cargo para liderar “la regeneración de España”, cuya política se ha visto marcada por “las mentiras y la difamación”, y de la que habría sido víctima su esposa.

El miércoles pasado, el líder del PSOE situó los ataques a su familia, y en especial a su esposa, Begoña Gómez, como una línea roja. Ese mismo día, se supo que un juzgado de Madrid había abierto una investigación sobre un posible caso de tráfico de influencias a favor de Gómez, una sospecha que habían alimentado algunas informaciones de la prensa, pero que Sánchez considera “una difamación” y una muestra más de una política española marcada por “el ejercicio del odio, de la insidia y de la falsedad”

Sin embargo, Sánchez, difícilmente habrá conseguido poner ese “punto y aparte” en la deriva de polarización en la política española que asegura querer promover. La oposición vio reivindicada su interpretación inicial del movimiento de Sánchez: un cínico acto de tacticismo para reforzarse. En una conferencia de prensa, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Sánchez de ser “un presidente que no está a la altura de sus ciudadanos”, y explicó sus acciones de los últimos días como “pura estrategia judicial, política, o ambas”.

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