El PRO fue el gran perdedor de la urticante sesión realizada este jueves en el Senado, donde se expulsó al peronista disidente Edgardo Kueider: una errática estrategia del macrismo dejó a medio bloque en defensa del ahora ex legislador, en medio de idas y vueltas con el Gobierno libertario, que viró de postura y votó de manera unánime por la remoción del entrerriano
Para entender este embrollo, hay que ir primero a la semana pasada. Tras la sesión solicitada por el kirchnerismo para echar a Kueider, el jefe del Pro y aliado más que usual de la Casa Rosada, Luis Juez, se adelantó y avaló ese camino. En realidad, eran dos los que tenían esa postura tomada: el cordobés y la porteña Guadalupe Tagliaferri.
El PRO realizó una reunión de bloque el martes, donde se decidió dar quorum y, con ello, empujaron con esa presión la convocatoria a una sesión. No obstante, nunca hubo un sendero unánime sobre qué hacer en el recinto, más allá de lo expresado por Tagliaferri y Juez. Las señales que llegaban del partido hablaban, ese día, de un guiño a la suspensión.
Retomemos la jornada de hoy. Con los discursos de Juez y Tagliaferri -el mejor de la jornada- consumados y, antes que finalizaran los cierres de bloque previos a la votación de la expulsión de Kueider, se pasó a un cuarto intermedio de más de una hora.